50-0115
¿Crees Esto?
Un día cuando tuve mi primera reunión con la gente de la santidad, me encontraba en St. Louis, y conocí al Reverendo Robert Daugherty. Y él tenía una reunión de carpa. Y yo fui allá esa noche y su niña acababa de haber sido sanada; su testimonio apareció allá. Y él fue, me llevó a la reunión, donde la estaban teniendo. Él subió allá y comenzó a predicar, y era la primera vez que yo escuchaba a un predicador pentecostal predicar. Ese muchacho predicó hasta que se le doblaron las rodillas. Él bajaba hasta el suelo, y recobraba su aliento. Uno lo podía oír a dos cuadras. Se levantaba predicando. Alguien preguntó: “¿Es Ud. un predicador?”. Yo dije: “No, señor”. No, no. Mis viejas costumbres bautistas lentas no piensan tan rápido. Así de sencillo. Yo solo… Pues yo no era ningún predicador después de escuchar eso. Así que, de ahí en adelante guardé silencio entre la gente del Evangelio Completo en cuanto a ser un predicador. Simplemente dejé eso quieto. Yo decía: “No, yo oraré por los enfermos”. Así lo dejaba. Pero sí disfruto venir en este día así, para tratar de leer un poco de la Palabra y explicarla hasta donde más sé; porque yo creo que Ella es la verdad. Toda Palabra de Dios es la verdad.
Pan diario 2 Corintios 4:2
…sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
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