Somos resucitados en los días postreros para ser arrebatados

55-0302
El Señor Jesús Resucitado

Mire cómo Dios, en el principio, allá, cubría todo el espacio y tiempo, y de Dios salió el Logos que salió de Dios, que era una parte de Dios. Y Dios viendo lo que sería al final, desde el principio, y el Logos vino a la tierra, que fue Cristo la Palabra, la Palabra hablada de Dios, parte de Dios, y fue hecha carne y habitó entre nosotros. Y entonces, nosotros salimos de Cristo, lo cual conforma la misma Vida que estaba en Dios, en Cristo, en Ud.  Y tan seguro como Dios levantó Esto, nosotros tenemos que venir con lo mismo, si el mismo Espíritu está en nosotros, pues es el Espíritu de Dios haciéndonos hijos e hijas de Dios.

¡Oh!, ¿no es maravilloso? ¿Cómo lo conseguimos? Creyendo en el Señor Jesucristo, así es. Aceptándolo y entonces Dios a cambio, nos da el Espíritu Santo, clamando en nuestros corazones: “Abba Padre, Dios mío, Dios mío”. Y entonces somos resucitados en los días postreros para ser arrebatados. Y Él dijo: “En aquel día vosotros sabréis que Yo estoy en el Padre, el Padre en Mí, Yo en vosotros y vosotros en Mí”.

Pan diario Santiago 1:18
El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.

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