62-0311
La Más Grande Batalla Jamás Peleada
Un hombre no puede pecar sin que primero no haga a un lado la Palabra de Dios. Él ni siquiera puede pecar (eso es descreer) hasta que primero no haga a un lado la Palabra de Dios: con la Presencia de Dios, él no puede pecar.
Eva no pudo pecar hasta que hiciera a un lado la Palabra de Dios, abriendo el conducto del razonamiento a su alma, y comenzó a razonar. “Pues, seguramente. Mi esposo nunca me dijo estas cosas, pero yo creo que tú... Él me dijo que no debería hacer esto, pero, sabes, tú lo muestras tan real y tan claro. Yo—yo creo que sería maravilloso, pues me lo estás mostrando tan claro”. ¿Ven? Allí fue la primera batalla. Y por esa batalla, se ha ocasionado toda otra guerra. Y cada derramamiento de sangre que ha ocurrido, fue causado allí mismo en el Edén. Ella descreyó la Palabra de Dios.
Y si descreer una sola pequeña pizca de la Palabra de Dios causó todo este problema, ¿cómo vamos a regresar nosotros descreyendo la Palabra? No se puede.
Pan diario II Timoteo 3:16
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
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