61-0122
Como El Águila Excita Su Nidada
Saben, ella es un ave de los cielos. Ella retrocedió así en la jaula. Aquí venía ella por esa jaula tan rápido como podía, batiendo esas grandes alas, y se azotó la cabeza de nuevo contra esa jaula, cayendo para atrás al suelo, y sangrando de las alas al golpearlas contra esa jaula queriendo salir. Esa vez se golpeó tan fuerte que quedó tendida allí. Y sus ojos agotados miraban hacia el cielo.
Pensé: “¡Oh, Dios, qué lástima!”. Entonces algo vino a mi corazón. Tuve el pensamiento: “No, eso no es lo más lastimoso que yo haya visto, un animal en una jaula. Lo más lastimoso que yo he visto es un hombre que nació para ser un hijo de Dios (Aleluya), sujeto por alguna organización o algún credo que le dice: ‘Los días de los milagros han pasado y no hay tal cosa como el bautismo del Espíritu Santo’”. Él tendido entre esos viejos credos denominacionales y mirando así alrededor… Él nació para ser un hijo de Dios. Credos lo metieron a él en la jaula. Dios quiere que salga. Amén. ¡Oh!, él nació… Fue la obra de un hombre meter esa águila allí. Es la obra de un hombre que lo mete a Ud. en esos credos y denominaciones. Todas ellas son del diablo. Sí, señor. Sujetan al hombre con el credo: “Los días de los milagros pasaron; no existe tal cosa como el gozo del Espíritu Santo; no hay tal cosa como gritar; no hay tal cosa como hablar en lenguas; no hay sanidad Divina”. ¡Oh, vaya! Es una lástima: los hijos de Dios que nacen para ser libres, reducidos a una jaula.
Pan diario Romanos 8:19
Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
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