61-0216
La Marca De La Bestia Y El Sello De Dios 1
Y recuerden, en el mismo momento en que la virgen fatua fue a comprar el aceite, fue cuando el Novio vino. ¡Gloria! ¿No lo ven? Si los presbiterianos y los episcopales y esos otros vienen buscando el Espíritu Santo, más vale que Ud. corte la mecha de su lámpara. Córtela, córtela, sí, necesita de una limpieza. Pentecostés, más vale que corten las mechas de algunas lámparas. Amén. Corten bastante de este mundo de Uds.; Uds. se han corroído. La mecha está en mala condición. Saben, esa mecha es una gran cosa. Yo solía observarla. Lo que es una verdadera mecha de Dios (un—un creyente), es una mecha. Miren, él tiene el fuego encendido de una punta, acá arriba, y la otra punta está sumergida en aceite, sacando el aceite y alimentando el fuego. ¡Qué—qué iglesia!, ¡qué poder! ¡Qué lugar en el cual estar! ¡Aleluya!
Brillando con esa misma luz del Evangelio que brilló en el oriente, ahora brillando en el occidente. Habrá luz al caer la tarde. Levántense, corten la mecha de su lámpara, Pentecostés. Corten el mundo de allí; corten las modas del mundo; corten las cosas del mundo. Prepárense, la hora está a la mano.
Pan diario Salmos 18:28
Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
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