51-1003
¿Crees Esto?
No importa cuánto esto, eso y lo otro, algo vital tiene que impactarlo a Ud., hermano; eso lo deja resuelto para siempre. Eso es fe.
Jesús es el Sumo Sacerdote de su confesión. Lo que Ud. confiese que Él está haciendo, Él hará. Ud…. Muchas personas miran los síntomas. Ud. dice: “Pues, Hermano Branham, mi mano no endereza”. No enderezará mientras que Ud. la esté mirando. No miramos eso; nosotros miramos a la promesa de Dios.
Hablar de síntomas, miren a Jonás, abajo en la barriga de la ballena. Si alguien podía tener síntomas, él los tenía: descarriado; con las manos atadas atrás; afuera en el mar, le sobrevino una tormenta; lo arrojaron allá; una ballena se lo tragó, bajó al fondo del mar. Cualquier pez cuando—cuando come, va y descansa sus aletas en el fondo del mar. Y estaba allá con la barriga llena de ese predicador descarriado, tendida allá en las arenas—allá en el fondo del mar, habiendo una tormenta en el mar. Descarriado, ¡qué condición en la que estaba él! Miraba hacia acá, era vientre de la ballena; miraba hacia allá, era vientre de la ballena; dondequiera que miraba él, era vientre de la ballena. ¿Saben Uds. lo que dijo él? Dijo: “No miraré el vientre de la ballena”; dijo: “son vanidades mentirosas”. Él dijo: “Señor, una vez más yo miraré a Tu santo templo”. Aleluya. No miró el vientre de la ballena, él miró el templo de Dios.
Pan diario Jonás 2:8
Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan.
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