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No Tenemos Aquí Ciudad Permanente
Y jóvenes, recuerden: Si Uds. tienen la fortuna hoy de tener a un papá y a una madre vivos, ámenlos, hónrenlos. La hora llegará cuando Ud. pensará que ellos son las personas más importantes del mundo, si no es así ahora. Y nunca, pequeños, nunca usen estas palabras degradantes de “el viejo” y “la vieja”. Ellos no son el viejo y la vieja; son papá y mamá.
Y uno de estos días cuando ellos salgan del cuarto, en el ataúd, con flores, y Uds. oigan que los bajan a la tierra, el pastor dirá: “Cenizas a cenizas y polvo…” Entonces no será “el viejo”. Ahí no será “la vieja” será “Madre”. Y Ud. se sobará las manos y llorará. Es cierto.
Ahora, mientras que ella esté con vida, regálele ahora flores a ella, y dele a papá sus flores. Es cierto. Ahora, y la mejor flor que Ud. les puede dar, es obedecerlos. Y esa es la primera promesa de la Biblia, el primer mandamiento con promesa: “Honra a tu padre y madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”.
Pan diario Proverbios 23:22
Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
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