62-1230M
El Absoluto
¡Sí! Ninguna de estas cosas me mueve, porque estoy atado a un Ancla. “¡Oh, desde que me encontré con Él” dijo Pablo, “en aquel camino, yo he estado atado a un Ancla! Él me dio la vuelta; Él me encaminó correctamente”. Recuerden, Pablo también pertenecía a una organización, la más grande del país, pero él fue atado al Absoluto.
Escuchen. Quiero decirles algo. Él tenía un propósito al salvarme a mí; Él tenía un propósito al salvarle a Ud. Y yo he decidio, por Su voluntad, cumplirlo, de no añadirle ni quitarle (Apocalipsis 22:19, si lo quieren apuntar). Muy bien. “Si alguno quitare...”. Yo he decidido (estoy por salir de la iglesia, y Uds. saben eso), y entonces he decidido solamente permanecer con este Evangelio por el tiempo que viva, con la ayuda de Dios. ¡Recuerden! Aquí está la gracia: había millones muriendo en pecado cuando Él me salvó a mí. ¿Quién era yo para que Él me salvara? Él tenía un propósito al salvarme a mí, y yo he decidio cumplir ese propósito. No me importa; pudiera ser que ya pronto llegue a mi fin; pero el que sea, yo sigo anclado. Eso no ha cambiado.
Pan diario Hechos 20:24
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
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