La Repentina Partida Secreta De La Iglesia PDF - William Marrion Branham
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Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Dios no dejará a Su Iglesia existir mucho más bajo tales cosas. Y el mundo está corrompido. Y la política está corrompida. Y la iglesia está corrompida. Lo que necesitamos hacer más al respecto, es que el pueblo que teme a Dios, se junte e invoque el Nombre del Señor. Eso es lo que el Tabernáculo Branham necesita hacer. Oh, yo pudiera...
Solamente mirando y viendo que tenía mucho delante de mí.
Y pensando de cuánto pudiéramos hacer hincapié aquí, de la manera que la iglesia se está yendo; cuánto ellos han dejado caer la moral de la gente, cómo les permiten vivir, e ir a bailes y "rock-and-rolls", y vestir de la manera que ellos quieren, y-y todo, y todavía continuar de la misma manera, predicadores comprometedores.
Lo que necesitamos son predicadores chapeados a la antigua, enviados de Dios, nacidos del Cielo, quienes dirán la Verdad sin importar a quién hieren. Como Juan, quien dijo: "El hacha está puesta a la raíz del árbol". "Y todo árbol que no da buenos frutos es cortado y echado en el fuego". Necesitamos predicadores, profetas de esa manera, quienes bombardearán, y usarán los juicios de Dios como munición, para destrozar en esta condición pecaminosa en la que estamos viviendo.
Ud. nunca puede deshacerse del pecado palmeándolo en la espalda. Ud. nunca puede deshacerse del pecado educando a la gente. Nuestros programas han llegado a ser destruidos y han fallado. Solamente hay un remedio para el pecado, y ése es, Cristo, ése es el remedio. Y no Cristo a través de confesión intelectual, sino a través del bautismo del Espíritu Santo, a una nueva Vida y una regeneración. Ese es el único remedio para el pecado, el único remedio para una nación. Es el único remedio para la iglesia. Es el único remedio para la gente.
Hace tiempo aquí...Me supongo que muchos de Uds. que viajan han estado allí. Yo me he quedado toda la noche allí, muchas veces, en mi viaje al Oeste. Que por cierto tengo que ir la próxima semana, un permiso, a conseguir permiso del gobierno para ir. Ellos me están deteniendo aquí. Para que si ellos envían por mí, ellos me podrán localizar aquí. Y yo tengo que ir a unas dos reuniones en la Costa del Oeste. Y si el Señor lo permite, pasaré por esta pequeña ciudad llamada West Memphis, Arkansas. Está al cruzar el río de Memphis, Tennessee. Y en este lugar ellos querían gastar dos millones y medio de dólares para una pista de carreras, para apuestas. Dos millones y medio de dólares, para degradar y contaminar y para enviar almas al infierno. Y luego cogen hombres como Billy Graham, Oral Roberts, y a mí, y aquellos quienes están sufriendo por la causa de Cristo, por manejar dinero legítimo a través de una iglesia, y quieren darles veinte años en la prisión federal. Siempre ha sido la voluntad del mundo de actuar de esa manera.
Yo dije: "Uds....Yo tengo hermanos que han estado en la prisión federal".
Y uno de los abogados dijo: "¿Tú tienes hermanos en la prisión federal?"
Yo dije: "Yo los tuve".
Dijo: "¿Quiénes fueron ellos?"
Yo dije: "Uno de ellos fue el Hermano Juan, en el Alcatraz, en la isla de Patmos. Y el otro fue el Hermano Pablo, en la prisión federal Romana. Y el Hermano Daniel, él también estuvo en la prisión de la casa".
Y el Hermano José, porque él había sido acusado de algo de lo cual era inocente, sirvió años, tratando de ser un real siervo de Potiphar, y su esposa lo acusó. Y él fue condenado, y pasó en la prisión por años, hasta que su barba y cabello crecieron, a tal grado que...Aun tuvieron que rasurarlo, para llevarlo delante de Faraón. Seguro. ¿Por qué, por algo malo? ¡Por la causa de Cristo! ¡Exactamente!
Y entonces, gastar dos millones y medio de dólares por una pista de carreras, para contaminar y condenar y enviar almas al infierno. ¡Hablando de que Dios viene pronto!
Pero la gente de Arkansas hizo algo al respecto. Cada iglesia, creo yo, nueve o diez diferentes denominaciones en esa comunidad, todas se juntaron y dijeron: "Está mal. Y nosotros no la queremos". Y ellas formaron una reunión de oración y ellas hicieron cadenas de oraciones, todo el día y toda la noche. Y cuando los jueces, y los hombres del gobierno federal, y todos, fueron al tribunal a la mañana siguiente, para establecer, si ellos podían construirla o no, ellos fueron confrontados, y eso fue anulado. La oración cambia cosas. A mí no me interesa cuán podrido esté el mundo, cuán podrido esté nuestro país, nuestra nación, nuestra gente; nuestra oración cambia cosas.
Lea también el Mensaje Orden de la Iglesia
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