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No Temáis MP3 - William Marrion Branham

60-0609

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
 Ahora, esos discípulos estaban en una condición terrible. Ellos estaban sin Jesús, y estaban allá en el mar. Pero ellos estaban siguiendo una orden. Jesús les dijo que se fueran. “Vayan y crucen el mar; Yo voy a orar”. Y ellos estaban siguiendo una línea del deber. Ahora, mis hermanos, si Uds. me odiaron hace unos momentos, entonces meneen su mano a mí ahora. Uds. todavía están siguiendo la línea del deber, mientras prediquen el Bautismo del Espíritu Santo y se queden en el camino; Uds. todavía están en la línea del deber. Jesús no se había ido tan lejos, que.... ¿Saben Uds. lo que El hizo? El subió la montaña más alta que había en esa región, para que El pudiera ver por todo el mar. El los había enviado; El quería ver cuando ellos estuvieran en problema, y estar seguro que si algo sucedía, bueno, El estaría allí para ayudarlos. El estaría–El estaría presente para ayudarlos si alguna cosa sucedía. El subió muy arriba hacia la cumbre de la montaña; El podía ver por todo el mar, por todo ese pequeño mar allí. Y cuando El vio que el viento era contrario, satanás estaba soplando su aliento contra ellos... Y luego, ¿qué sucedió? Justo allí en su hora más desesperada, Jesús vino andando hacia ellos.

Ahora, Dios ha hecho... Jesús ha hecho la misma cosa. El subió tan alto que El puede ver todo el mundo. ¿Adónde se fue El? El subió las murallas del Calvario. El fue crucificado por los pecados de Uds.; la Sangre de Su cuerpo goteó sobre el suelo. Pero... Luego cuando ellos se lo llevaron a El de allí y lo enterraron, El resucitó en la mañana de Pascua y continuó subiendo, subiendo más, más allá de las esferas, la luna, las estrellas, hasta que El se sentó a la diestra de la Majestad de Dios en el Cielo. “Su ojo está en el gorrión, y yo sé que El me vigila”. El los vigila a Uds. Subió todo el camino hasta el Cielo, al grado que la tierra se miraba más como un... quizás no como un punto, sino más pequeña que la estrella más pequeña. Pero El está allí, como la madre águila, y está vigilando toda cosa que Uds. hacen y sabe todo pensamiento que está en su mente.

La cosa de ello fue, que cuando esos discípulos estaban en una hora de angustia, ¿qué sucedió? Cuando ellos lo vieron a El viniendo, ellos tuvieron temor de El. Ahora, eso es exactamente lo que es el problema con la iglesia en esta noche. Uds. no saben qué decir al respecto. Ahora, esto ha sido como unos ocho o diez años por todo el campo, y alrededor del mundo. Ellos están temerosos.

Ellos dicen: “¿Pudiera ser? ¿Es posible? Pudiera ser algo un poquito extraño. Yo quiero al Hermano Branham, pero déjame decirte, yo no sé. Esas son unas ideas raras que él tiene”. Y mientras Uds. piensen eso, más les vale que se queden en su asiento. Correcto; correcto. Por lo que respecta al Hermano Branham, él no es nada. Eso es correcto. Pero yo sí represento al verdadero Espíritu de Dios, porque viene por medio de la Palabra y hace lo que la Palabra dice que se haga. Y si Uds. no me pueden creer, entonces crean Uds. el Evangelio que predico. Ahora, hagan Uds. eso. Jesús dijo la misma cosa: “Si hace las obras de Dios, entonces es de Dios. Porque ninguno puede hacer las obras de Dios a menos que Dios esté con él o en él”.

Ahora, quiero que Uds. se fijen en algo. Ellos estaban temerosos. Ellos dijeron: “Eso parece un fantasma”. Ellos dijeron que era un espíritu, seguro que lo era. Ellos pensaron que era un espíritu. Eso es lo que es en esta noche: ellos están temerosos que sea un espíritu incorrecto. Ellos no saben al respecto. Dicen: “Bueno, si él perteneciera a nuestra organización, lo aceptaríamos”. ¡Oh, su pobre organizacioncita! ¿Ven? Si Uds. no vigilan, los privará del Cielo uno de estos días. Uds. están dependiendo demasiado en eso. Ahora, recuerden: quédense en ella, pero sean una luz brillante brillando allí; vivan una vida que es por encima del reproche. A mí no me importa a qué organización Uds. pertenezcan, pero no se apoyen mucho en eso. Uds. apóyense en la cruz; apóyense en Jesús, eso es en lo que Uds. deben apoyarse. A mí no me gusta ese “apoyo” en la cruz; yo quiero apoyarme en Jesús.

En ultramar, yo no sé cuántas personas diferentes tienen sensaciones, como Uds. saben, y cosas que ellas quieren hacer. Creo yo que en ultramar ahora, ellos tienen diecinueve clavos originales que estaban en la cruz. Todos quieren mostrar un clavo meneándolo en la mano: “Este es; este es”. Alguien tiene un pedazo de la cruz. Aquí no hace mucho tiempo, un papa se paró y tenía un pedazo de madero como así de largo, lo meneó y dijo: “Este es; este es”. Cuando yo estuve en Roma, yo fui a una iglesia en donde ellos llevan a todos los monjes que mueren, y los entierran allí hasta que la carne se cae de ellos, luego toman sus huesos, y hacen lámparas con los huesos de los dedos que sostienen bombillas eléctricas y–y todo de esa manera, y los huesos por todos lados. Y la gente pasando por allí ha sobado esos huesos, al grado que están... algunos cráneos están lisos, y... Había allí una estatua de San Pedro; tantos han besado el dedo de su pie y lo han sobado, al grado que han tenido que reemplazarle dos o tres pies a esa estatua. Siempre tocando, sobando. ¡Oh, misericordia! ¡Apártense de eso! “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en Verdad es necesario que adoren”. “Tu Palabra es la Verdad”. El Espíritu viene y testifica de la Palabra. Y cuando viene, Uds. dicen: “¡Oh, es fantasmal!” Luego soban el cráneo de alguien, y luego dicen que Aquello parece fantasmal. ¿Ven? Eso es... Ahí lo tienen. ¿Ven? Van a algún sepulcro santo, o a algún....

Yo estuve en Alsace Lorraine, o...?... no, fue en Notre Dame en París. Y hubo una mujer, alguna mujer, que murió allí. Y ellos tenían un–un lugar allí donde estaban tomando... con sus manos sobando de arriba a abajo sobre su cabeza allí, que... Ella estaba en un ataúd, y ellos... La mujer había sido como embalsamada, y ellos–ellos la estaban sobando allí; dijeron que evitaba que las plagas llegaran a la ciudad. Cuando la sangre de una mujer, el aceite de la mano de un hombre, o algo más, toma el lugar de Jesucristo, la Sangre de Jesucristo, es un anticristo. Y Uds. sólo recuerden eso; ¡es anticristo! Jesucristo es el único Mediador entre Dios y el hombre. Su Sangre fue derramada una vez por todas. El tomó Su propia Sangre, y entró en el santuario de Dios, y se sentó a la diestra de Dios. El es el único Mediador; El es el único Intercesor; El es la única Sangre. El único Espíritu es el Espíritu Santo, y yo lo creo con todo lo que está en mí. Correcto. [El Hermano Branham toca en el púlpito–Ed.]. Cualquier cosa que substituya Eso, para mí es incorrecta. Cualquier clase de sensación es incorrecta. Tiene que ser el Espíritu. Y el Espíritu en Uds. los hace vivir la vida, y actuar y hacer las obras de Dios. Si no es....

Si Uds. ponen el espíritu de una planta de calabaza en una planta de uvas, producirá calabazas. Absolutamente; porque es el fruto de la planta, es la clase de vida que está en ella. Si Uds. plantan un durazno–durazno y le sacan la vida al durazno, y la ponen en un sicómoro, producirá duraznos. Sí, señor. Porque es la vida de durazno en él. Si Uds. ponen la Vida de Jesucristo de nuevo en la iglesia, Uds. pararán de discutir, serán hermanos y hermanas, Uds. mujeres dejarán crecer su cabello, dejarán los maquillajes, apagarán esos programas sucios de televisión que no deberían estar viendo, Uds. se apresurarán para ir a la iglesia cada miércoles en la noche, las reuniones de oración se operarán por toda la ciudad, por todas partes, y la iglesia será una en Cristo Jesús. “Y la Gloria del Señor regresará y vendrá a Sión con alabanzas y gran gozo”. Y habrá un avivamiento que surgirá por todo el país que pondrá a todo crítico en vergüenza. Los poderes de Dios crecerán en la Iglesia, y Jesús vendrá y El mismo se manifestará en grandes señales y prodigios y dones. Está justo en el último día, esperando que Su Iglesia entre en condición. ¡Amén! No tengan temor de ello; acéptenlo.

Eso era su único medio de salvación. El diablo los hubiera matado allí mismo. El los hubiera ahogado, si no hubiera sido por eso. Se miraba como un fantasma para ellos, se miraba algo raro. Y en esta noche, la única esperanza de la iglesia es que se aparten de sus teologías hechas por el hombre, y regresar al Espíritu Santo, y que regrese el Espíritu de nuevo en la iglesia, y que la iglesia sea corregida. Esa es la única esperanza de salvación: regresar otra vez al Espíritu Santo. Amén. Eso puede que sea muy directo. Como mi madre solía... como dije, que solía decirme... Si hay algo que aborrezco, es el aceite de castor. Esa es la razón que pospongo los exámenes para ir a ultramar tanto como puedo: porque uno tiene que tomarlo. Y sencillamente me hace querer vomitar. Pero ella decía: “Cualquier cosa que no te hace sentir enfermo, no te hace nada de bien”. Así que, yo me imagino que esto nos ayuda algo, Uds. saben. Sí.

El Espíritu Santo, el Espíritu Santo de Dios está en nuestros medios. El mismo está probando que está con nosotros. El no está muerto; El está vivo. En una ocasión, ellos vinieron a El y dijeron: “Maestro, queremos ver una señal”. El dijo: “Una generación malvada y adúltera busca una señal”. Y si ésa no es la generación en la que estamos viviendo, yo no sé cuál es. Una generación malvada y adúltera, es lo que tenemos hoy en día. Miren los adulterios, miren los divorcios. Divorcios: los casos de divorcio de América sobrepasan a los del resto del mundo. Seguramente que sí los sobrepasan; seguro que sí. Es lo peor que hay en el mundo: los divorcios. Nuestras mujeres están sin control, corriendo como un montón de cerdos silvestres. Ahora, eso es exactamente correcto. ¡Sin control! ¿Qué hace el juez? Les concede a Uds. su divorcio. La Biblia dice: “Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre”. Yo no creo en divorcios. No, señor. Dios une a hombres y mujeres, y ellos deberían vivir de esa manera el resto de su vida. Y nuestra gente Pentecostal, aceptando a esos hombres divorciados, viviendo con dos o tres mujeres diferentes y cosas, y haciéndolos diáconos en la iglesia y demás. ¡Mmm! ¡Es una vergüenza! ¡Es una desgracia para el Nombre de Jesús!

Creo yo que fue en la India el otro día, que ellos dijeron: “Llévate tu Cristianismo. Nosotros no lo queremos. Quisiéramos conocer a Jesús, pero no queremos tu Cristianismo. Es terrible”. Bueno, en la India en donde hay cuarenta o cincuenta clases de diferentes religiones, ellos pudieran hacernos sentir avergonzados de nosotros mismos. Y los hotentotes en Africa, en una de las tribus (yo no sé si es la Zulú, o la Shungi, o la que sea), hay una de las tribus, que es tan estricta, que una mujer antes que se case, tiene que ser probada su virginidad. Si se encuentra que ella es culpable, ella tiene que decir el hombre que lo hizo, y a ambos los matan juntos. No hay salidas de noche en esa tribu. ¿Qué si lo hiciéramos en América? ¿En dónde los enterrarían Uds. a todos ellos? ¿Ven?, ahí lo tienen. Ellos pueden enseñarnos moral (cómo vivirla), sin embargo se supone que nosotros somos la gente santa con el Espíritu Santo. [El Hermano Branham da golpecitos en el púlpito–Ed.]. ¡Permitir que tal disparate obre en nuestra iglesia, es un pecado y una desgracia! ¡Dios ten misericordia de nosotros! Entonces viene el Espíritu Santo, se mueve y muestra Sus señales, y ellos simplemente se alejan como diciendo: “Bueno, me supongo que estuvo bien”. ¡Oh!, como que si están Uds. medios muertos. ¡Crean a Dios! ¡Despierten! Mueran completamente, para que El pueda resucitar otra vez. ¿No creen Uds. que eso es la verdad? Esta hora oscura, un momento grandioso en el que estamos viviendo. Sí, señor.

No me gusta lastimarlos a Uds.; Dios sabe eso. Pero lo que estoy tratando de decir... Hay predicadores sentados aquí, quizás cientos de ellos en la convención. Hay miembros de iglesia aquí. Lo que yo quiero que hagan, es que regresen a su iglesia y empiecen a obrar. Eso... No podemos hacerlo. Tenemos que unirnos, y tenemos que empezar esto. Algo tiene que suceder, hermanos. Ha llegado a un punto en donde la cosa se está derrumbando. ¡Empecemos! Y, ¿saben Uds. lo que está sucediendo? Dios está levantando de los Metodistas, Presbiterianos, Bautistas, Luteranos; están recibiendo el Espíritu Santo, saliendo. ¡Oh, hermano!, sólo observe Ud. “Dios puede levantar hijos a Abraham, aun de estas piedras”. Ellos lo ven; lo miran; lo escudriñan en la Escritura. Esa es la Escritura; yo la creo con todo mi corazón; salen y lo reciben. ¿Ven?

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