Guarda, Que De La Noche MP3 - William Marrion Branham
60-0722
Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Y estoy tan contento, Señor, de ser contado con ellos; estoy muy feliz en esta noche de saber que hay una Iglesia. Tú dijiste que habría una Iglesia que estaría allá sin mancha ni arruga. Padre, ¡oh Dios!, que nuestros nombres estén en ese gran Libro Allá arriba. Que aparezcamos sin mancha ni arruga. Limpia nuestros corazones de pecado, y eso es incredulidad, Señor. Comprendemos que el pecado es incredulidad. No importa cómo vivamos, si todavía descreemos todo el Evangelio, somos pecadores, porque somos incrédulos. Que todo pecado sea quitado de nosotros, Señor, toda incredulidad. Pedimos que el poder de Dios se establezca en esta iglesia en esta noche, mientras la Estrella de la Mañana; desciende en la forma del Espíritu Santo, y refleja el mismísimo ministerio de nuestro Señor Jesucristo. Y entonces ellos verán por qué los guardas en el muro están clamando: “¡La mañana viene!” ¡Aleluya! “¡La mañana viene!, y la noche también está aquí”.
¡Oh Dios!, cuando vemos a la iglesia enfriarse, yendo tras grandes edificios, y cosas elegantes, y–y cosas del mundo, teniendo forma de piedad, sin poder, negando el poder, apartándose de ello... aun la iglesia Pentecostal se está enfriando, llegando a ser un lugar que sólo es gozo cuando la música se está tocando. Dios, ¿en dónde están las reuniones de oración de toda la noche? ¿En dónde están los grandes tiempos de amor el uno para el otro? Cómo... ¿Qué ha sucedido, Señor? Te pido que la Estrella de la Mañana refleje tanto la Luz en esta noche, al grado que toda alma aquí vea el Reino de Dios viniendo en poder, y sepa que nos estamos preparando para entrar en eso. Concédelo, Señor. Salva al perdido. Señor Dios, si hay algunos aquí en esta noche que te pertenecen a Ti, que ellos oigan Tu Voz. Que ellos la oigan, Señor. Pueda ser que nuestras voces sean insuficientes para cantar un himno, o para predicar la Palabra; nuestras voces no valen mucho. Pero Tú tienes que usar la voz del hombre, porque ese fue Tu plan ordenado en el principio, el hablar. “El que os recibe, me recibe a Mí. Y él que me recibe, recibe al que me envío”. Dios, permite que sea así esta noche, que el Guarda en la torre, que subió las murallas de la Gloria, y está sentado a la diestra del Padre en esta noche, intercediendo, que El venga en esta noche en el poder de Su resurrección. Que El venga en nuestros medios en esta noche, y haga la misma cosa que El hizo antes que El fuera crucificado, para que este grupito de gente fiel, que está aquí en este mundo pecaminoso, pueda ver la reflexión de Jesucristo manifestado en la iglesia. Y ellos están... [Porción sin grabar en la cinta–Ed.].... poder y gloria, y listo para la traslación que pronto va a venir. Concédelo, Padre. Te lo encomendamos en el Nombre de Jesucristo, Tu Hijo. Amén.
¡Fiuu! ¡Oh, me siento religioso!; ¡me siento bien! ¿Se sienten bien Uds.? [La congregación dice: “Amén”–Ed.]. ¡Oh, sencillamente es Algo que me hace sentir bien! Muy bien. Pianista: denos un tono: “Yo le amo”. ¿Cuántos le aman a El aquí?, levanten su mano. ¡Oh, muy bien!, eso está bien, hermanos. Muy bien. Yo le amo, yo le amo, Porque El a mí me amó; Y me compró mi salvación, Allá en la cruz. Ahora, inclinemos nuestros rostros un momento, y tarareémosla en el Espíritu. Ahora, Pablo dijo: “Si yo canto, canto en el Espíritu. Si yo alabo, alabo en el Espíritu”. Ahora, sólo olvídense de todo; el buen Espíritu Santo, Su Palabra, restriega nuestra alma. El mensaje reprendedor y cortante, se terminó. Nuestro... No tenemos condenación. Entonces levantemos nuestras manos mientras la cantamos. Yo le amo (sólo adórenlo), yo le amo.... [El Hermano Branham tararea el resto de la alabanza–Ed.]. Yo le a-... (sí, Señor, te amamos), yo... (con todo mi corazón, Señor, yo te amo) Porque El a mí me amó; Y me compró mi salvación, Allá en la cruz.
¡Oh!, ¿no es El maravilloso? ¿No es El bueno? Oral Roberts dice: “El es un Dios bueno”. El verdaderamente lo es. El es un Dios bueno, pero también El es un Dios de ira; El es un Dios de juicio. Yo estoy tan contento que hay una fuente abierta en la casa de Dios en esta noche para purificación; todo lo inmundo puede ser limpiado. ¿No están Uds. contentos por eso? Tan contento, tan contento, mis hermanos, mis hermanas, tan contento que es así. ¡Oh, hermanos! Sencillamente me gusta sentir esta clase de sentir. Recuerdo que en una ocasión cuando yo era un joven, había una–una hermana de un ministro; yo tenía una cita con ella. Y ella dijo: “¿Adónde vamos en esta noche, Billy?” Y yo dije: “Bueno, sólo salgamos y demos un paseo en el automóvil a alguna parte”. Ella dijo: “Vayamos al cine”. Yo dije: “Yo no voy a los cines”. Ella dijo: “Bueno, hay un baile allá en el salón de la logia de Los Hombres Peculiares”. Yo dije: “Yo no voy a bailes”. Ella dijo: “Mira, tú dijiste que no fumabas; que no bebías; que no bailabas; que no vas a los cines”. Dijo: “¿Qué es lo que te gusta hacer para pasatiempo?” “Oh”, yo dije: “Me gusta pescar, y cazar, y cosas como esas”. Pero eso no le interesaba a ella. Y ella dijo: “¿En dónde encuentras algo de gozo?” “Oh”, yo dije: “El gozo del Señor es mi gozo”. ¿Ve? Y unas cuantas noches después de eso, yo estaba en una reunión de carpa, empecé, y la muchacha estaba allí. Y yo hice un llamamiento al altar, y las almas se aglomeraron alrededor de ese altar. Yo la vi a ella sentada allá atrás, llorando. Yo dije: “Ven aquí, Elena”. Y ella vino al frente donde yo estaba. Yo dije: “¿Quieres saber en dónde encuentro gozo?” Yo dije: “Esto vale más para mí que todas las películas y todos los bailes”. Yo dije: “Es el gozo del Señor; es una paz que pasa el entendimiento. Yo sé que algún día yo encontraré a estas personas en Gloria. Todas ellas serán salvas y estarán Allá; y ese es el gozo que yo tengo”. Ella me agarró de la mano. Ella dijo: “Billy: ayúdame a tener ese gozo también”. Yo dije: “Toma tu lugar aquí. No importa lo que diga Elsworth, párate aquí”. Y allí con pulseras en sus muñecas, y anillos, y cosas, levantó sus manos y empezó a gritar a voz en cuello y a gritar, y alabar a Dios. Dios la salvó y la santificó esa noche. Y oh, yo conocía a su hermano, y él vino y me estaba regañando al respecto. Dijo: “¡Tú hiciste a mi hermana una fanática!” Y ella vino caminando... Nosotros estábamos en la esquina de una calle, y ella se bajó del automóvil, y vino caminando hacia nosotros. Ella dijo: “Yo lo creo de la manera que Billy lo predica”. ¡Amén! ¡Ese Evangelio chapado a la antigua! Ella dijo: “Yo tengo una paz aquí adentro que nunca tuve antes, y yo he sido un miembro de iglesia desde que me registraron desde niña en el registro de cuna de la iglesia [el registro de cuna, es un “registro” de niños de tres años de edad para abajo que han sido bautizados o dedicados en la iglesia Metodista Epsom o que han sido transferidos de otras iglesias. Un grupo del registro de cuna, les envía tarjetas de cumpleaños hasta que cumplen tres años de edad, y allí son invitados a participar a otra fase del programa–Trad.]”. ¿Ven?
¡Oh!, le hace algo a Ud. cuando Ud. verdaderamente es salvado, verdaderamente recibe algo en su corazón. ¡Oh!, esa alabancita que la gente Pentecostal solía cantar... Bueno, no sé cantar, pero permítanme intentarlo. Hay gente casi dondequiera, Cuyos corazones están todos encendidos, Con el fuego que cayó en Pentecostés, Que los purificó y los limpió; ¡Oh, está ardiendo ahora dentro de mi corazón, Oh, gloria a Su Nombre! Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos. Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos (¡aleluya!); Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos. Aunque esta gente no es educada, Ni se jacta de fama mundanal, Todos ellos han recibido su Pentecostés, Por medio de la fe en el Nombre de Jesús; Y están diciendo ahora, por dondequiera, Que Su poder todavía es el mismo, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos. Uno de ellos, uno de ellos, Estoy... de poder decir que soy uno de ellos (¡aleluya!); Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos. Ven, mi hermano, busca esta bendición Que limpiará tu corazón del pecado, Que empezará a repicar las campanas de gozo Y mantendrá tu alma encendida; ¡Oh, está ardiendo ahora dentro de mi corazón, Toda gloria a Su Nombre! Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos. (¡Todos juntos!) Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos (¡aleluya!); Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos.
¿No están contentos tocante a eso? Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos. Ahora, sólo estrechen manos con alguien sentado al lado de Uds., digan: “Soy uno de ellos”. Sólo dense la vuelta, estrechen las manos, digan: “Soy uno de ellos”. ¡Aleluya! ¡Oh!, uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos (¡aleluya!); Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos (¡aleluya!); Uno de ellos, uno de ellos, Estoy muy contento de poder decir que soy uno de ellos.
Yo preferiría ser un Cristiano chapado a la antigua que todo lo que yo conozco. Estoy tan contento que la Estrella de la Mañana está brillando sobre nosotros. Yo estoy tan contento que estoy caminando en la Luz como El está en la Luz. Nosotros tenemos compañerismo uno con el otro, y la Sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, nos limpia de toda injusticia. Estoy muy contento de ser uno de ellos; ¿Uds. no? Esperando la Venida de ese día feliz del Milenio, Cuando nuestro bendito Señor vendrá y arrebatará a Su Novia que está esperando; ¡Oh!, mi corazón está gimiendo, clamando por ese día de la dulce liberación, Cuando nuestro Salvador regresará a la tierra otra vez. ¡Oh!, estoy muy contento que El viene otra vez. Y yo lo veré a El, yo lo veré a El. Como algunas personas que no....
Hace años hubo una escritora, Fanny Crosby; ella estaba ciega. Ella no vendió su primogenitura, como muchos buenos cantantes de hoy día en el mundo de la televisión y del cine, que vendieron sus primogenituras sólo por unas–unas cuantas canciones de boogie-woogie o de rock and roll. Pero la Sra. Crosby era una mujer diferente. Ellos vinieron a ella un día, y le dijeron: “¿Por qué no escribes poesía moderna? ¿Por qué no escribes canciones que... para el mundo de entretenimiento?” Ella dijo: “Yo le doy todo mi talento a Dios”. ¡Oh! Dijo: “Bueno, ¿crees tú entonces que habrá un Cielo?” Dijo: “Sí”. Dijo: “Y, ¿piensas tú que estarás Allá?” “Sí”. Dijo: “Mira, qué si cuando llegues Allá, tú permaneces ciega”, dijo, “¿cómo lo conocerás a El?” Ella dijo: “Yo sentiré las cicatrices de los clavos en Sus manos”. Ella se dio vuelta caminando de regreso, caminando de regreso a la habitación. Y cuando lo hizo, ella levantó sus manos y empezó a alabar a Dios. Cuando ellos salieron, ella... la inspiración de la alabanza la tocó. Ella dijo: Lo conoceré, lo conoceré, Y redimida a Su lado estaré; Lo conoceré, lo conoceré Por las huellas de los clavos en Sus manos.
Y hoy en día, hermano, hermana, ella está caminando las calles de la Gloria con la mejor vista que cualquiera en esta tierra haya tenido alguna vez. Ella lo ve a El, lo conoce, y está allí redimida a Su lado. ¡Oh!, si yo le pudiera preguntar a ella en esta noche: “Fanny Crosby: ¿qué significa Cristo para Ud.?” Ella me cantaría esta alabanza, ella... Algo así... Veamos, una de sus famosas alabanzas antiguas de la cuál estaba pensando hace un rato. Ella dijo: “Nada en este mundo yo tengo, todo está en El...” ¿Cuál fue esa alabanza que yo estaba pensando hace unos cuantos minutos, que ella cantaba? Fue una alabanza muy hermosa, que yo estaba cantando... Sin embargo, yo recuerdo haberla cantado (me recordaré de ella en unos cuantos minutos), en la que ella dijo que “El significa más que este mundo para mí. ¿A quién tengo yo en la tierra aparte de Ti?; ¿a quién en el Cielo sino a Ti?” No me pases, ¡oh bondadoso Salvador!, Oye mi humilde clamor; Mientras a otros Tú estás llamando, No pases de mí. Tú, el Torrente de todo mi confort, Más que vida para mí, ¿A quién tengo en la tierra aparte de Ti? O, ¿a quién en el Cielo, sino a Ti?
Yo estoy muy contento que eso pudo significar eso para una mujer ciega. ¿Qué podría significar para Uds. y para mí, que podemos obrar y trabajar, y servir al Señor Jesús de la manera que lo hacemos? Dios les bendiga. Ahora.... [Alguien habla en lenguas. Otro interpreta–Ed.].
Amén. Hermano Fred y Hermano Norman, y los hermanos con los que yo estaba sentado esta mañana: ¡si eso no fue la mismísima cosa de la cual yo estaba hablando esta mañana! Yo dije que la cosecha de América... Hace años cuando yo empecé en la cosecha con los dones y demás, ha ido por todas partes; ha abarcado toda la nación; la cosecha ya está cegada. Ahora estamos regresando cruzando el campo pasando sobre el rastrojo, sólo recogiendo un grano aquí y otro allá en dondequiera que podemos. ¿Es correcto eso, hermanos? Esa es la misma cosa que se dijo aquí; el Espíritu Santo vuelve y habla la misma cosa en esta noche. ¡Amén! ¡Oh!, Dios pronto va a–va a... Oh, si ellos se pudieron regocijar cuando la– cuando la cosecha empezó, ¿qué deberíamos hacer nosotros ahora cuando la cosecha se terminó? El tiempo del aventador está aquí ahora, separando el forro. ¿Ven? Este es el tiempo. Entonces cómo pueden Uds. quedarse quietos sin exhortarlo exactamente... Este es el tiempo del aventador, sí, señor, cuando Uds.–Uds. golpean el forro del trigo. Eso es exactamente correcto. Este es el tiempo que está llegando. ¡Amén!
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