Estén Ciertos De Dios MP3 - William Marrion Branham
59-0125
Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Cuando usted ha hecho lo que sabe que es correcto, llena todos los requisitos que el Señor demanda, hace restitución y pone todo eso delante de Dios, no importa cuan silencioso permanezca el Señor, Él es Dios esperando que se ponga la fe allí. Usted sólo haga lo suyo, el Señor quiere ver su fe por sus obras, quiere ver lo que usted hará.
Si por ti han orado y has sido ungido, Dios está esperando ver lo que tú crees, no tendrás que venir al altar el próximo sábado otra vez, ni esperar otro día en que venga a la ciudad un predicador de sanidad para que ore por ti. Dios lo que está esperando es ver cuál es la reacción de tu fe. Tampoco digas: “Pero yo me siento mal, creo que no he sido sanado”. Lo que sucede es, para empezar, tú no estabas preparado para ir a la línea de oración, no estabas listo aún; no creías que Él es Dios.
Quizás digas: “Hermano Branham, yo no estoy de acuerdo con usted”. Pero quiero que sepas, que tus acciones probarán lo que eres. “Por sus frutos los conoceréis”. Si un hombre dice que es Cristiano y aún sigue fumando, bebiendo, jugando, diciendo chistes sucios y dice que parte de la Biblia es verdad y la otra no... Él puede predicar el Evangelio y negar parte de la Biblia, él sigue siendo un pecador, él todavía no es un Cristiano.
Cuando usted abiertamente confiesa que Dios es el mismo Dios y su vida está rendida en Su mano que puede decir: “Señor, Tú eres el Alfarero, yo soy el barro”; entonces pida lo que quiera, la fe nunca se moverá, se mantendrá firme allí.
Aunque las circunstancias parezcan ir de aquí para allá, la fe nunca se moverá, porque tú estarás cierto de que Él es Dios. Si Jehová es Dios, entonces guardará Su promesa, pues El no puede prometer algo y luego romper eso. Si el Señor es Dios, entonces guardará Su promesa. ¡Oh, yo amo eso! Él sostiene lo que ha dicho.
Job había ofrecido su ofrenda, puso a derecho todo, por lo tanto sabía que estaba correcto. Vinieron a él algunos miembros de la iglesia, quizás de otra denominación y le dijeron: “Job es mejor que confieses que eres un pecador, porque Dios no hubiera permitido que esto pasara, si no fueras un pecador”.
Job les respondió: “Yo he confesado, he hecho mi ofrenda delante de Dios, por lo tanto no soy un pecador”. Él sabía donde estaba parado. La situación de Job se iba empeorando más y más y parecía que lo iba a llevar a un lugar donde tuviera que negar a Dios y la ofrenda que había ofrecido. En el mismo momento en que usted se retrae de lo que ha confesado, eso muestra su debilidad, su duda hacia Dios. Cuando usted le pide algo al Señor y luego comienza a dudar, entonces usted no es un creyente, es un incrédulo.
Job sabía donde estaba parado y estaba parado firme en ese fundamento.
Cuando usted ha hecho lo que sabe que es correcto, llena todos los requisitos que el Señor demanda, hace restitución y pone todo eso delante de Dios, no importa cuan silencioso permanezca el Señor, Él es Dios esperando que se ponga la fe allí. Usted sólo haga lo suyo, el Señor quiere ver su fe por sus obras, quiere ver lo que usted hará.
Si por ti han orado y has sido ungido, Dios está esperando ver lo que tú crees, no tendrás que venir al altar el próximo sábado otra vez, ni esperar otro día en que venga a la ciudad un predicador de sanidad para que ore por ti. Dios lo que está esperando es ver cuál es la reacción de tu fe. Tampoco digas: “Pero yo me siento mal, creo que no he sido sanado”. Lo que sucede es, para empezar, tú no estabas preparado para ir a la línea de oración, no estabas listo aún; no creías que Él es Dios.
Quizás digas: “Hermano Branham, yo no estoy de acuerdo con usted”. Pero quiero que sepas, que tus acciones probarán lo que eres. “Por sus frutos los conoceréis”. Si un hombre dice que es Cristiano y aún sigue fumando, bebiendo, jugando, diciendo chistes sucios y dice que parte de la Biblia es verdad y la otra no... Él puede predicar el Evangelio y negar parte de la Biblia, él sigue siendo un pecador, él todavía no es un Cristiano.
Cuando usted abiertamente confiesa que Dios es el mismo Dios y su vida está rendida en Su mano que puede decir: “Señor, Tú eres el Alfarero, yo soy el barro”; entonces pida lo que quiera, la fe nunca se moverá, se mantendrá firme allí.
Aunque las circunstancias parezcan ir de aquí para allá, la fe nunca se moverá, porque tú estarás cierto de que Él es Dios. Si Jehová es Dios, entonces guardará Su promesa, pues El no puede prometer algo y luego romper eso. Si el Señor es Dios, entonces guardará Su promesa. ¡Oh, yo amo eso! Él sostiene lo que ha dicho.
Job había ofrecido su ofrenda, puso a derecho todo, por lo tanto sabía que estaba correcto. Vinieron a él algunos miembros de la iglesia, quizás de otra denominación y le dijeron: “Job es mejor que confieses que eres un pecador, porque Dios no hubiera permitido que esto pasara, si no fueras un pecador”.
Job les respondió: “Yo he confesado, he hecho mi ofrenda delante de Dios, por lo tanto no soy un pecador”. Él sabía donde estaba parado. La situación de Job se iba empeorando más y más y parecía que lo iba a llevar a un lugar donde tuviera que negar a Dios y la ofrenda que había ofrecido. En el mismo momento en que usted se retrae de lo que ha confesado, eso muestra su debilidad, su duda hacia Dios. Cuando usted le pide algo al Señor y luego comienza a dudar, entonces usted no es un creyente, es un incrédulo.
Job sabía donde estaba parado y estaba parado firme en ese fundamento.
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