El Día De Las Madres MP3 - William Marrion Branham
59-0510m
Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Uds. quizás digan: "Hermano Branham, ese más bien es un texto raro para un mensaje del Día de las Madres". Bueno, eso es cierto. Pero, Uds. saben, Dios es raro, y El hace las cosas en una forma rara.
Y pienso, los pensamientos, de una madre. Y yo tengo una esta mañana, por la gracia de Dios, todavía está aquí en la tierra con nosotros. Y yo estoy agradecido por mamá. Pero siendo que también habríamos de tener un servicio de sanidad, y no sabiendo que yo iba a regresar de nuevo esta noche, pero pensé que quizás pudiéramos pintar un tipo diferente de cuadro.
Una madre es tan maravillosa. Uds. saben, la primera que lo recibe a uno, en esta vida, es su madre. Nadie lo puede tocar a uno, porque uno ha sido concebido, y ella lo lleva a uno bajo su corazón. Y ella es la primera en conocerlo a uno, y la primera, en esta vida, en - en cargarlo. Luego, cuando uno nace, ella es una de las primeras manos que lo toca y le limpia a uno las lágrimas de los ojos. Ella es la primera en darle palmaditas y en amarlo, y en arrullarlo a uno, en esta vida, es su madre. Ahora, yo pienso que no hay suficiente honor que le pudiéramos dar a una madre.
Una madre es la primera que está con el niño, y ella tiene una gran responsabilidad sobre lo que ese niño va a ser, se basará en la forma en que la madre inicie a ese niño en el camino que debe de recorrer. La madre tiene la responsabilidad, de Dios, de poner a ese niño en el camino correcto. Y yo pienso que por eso es que las madres tienen un pequeño toque especial.
Yo sé de un muchacho en esta ciudad. Yo creo que su madre está presente en estos momentos. El es casi de mi edad. Pero yo no digo esto para lastimar a la madre; porque ella tiene ya suficientes dolores, como todas las madres. Pero el muchacho toma, y toma bastante. Y cuando él está muy borracho, él viene a la casa y se acuesta en la cama con su mamá y pone sus brazos alrededor de ella.
Y él tiene nietos. Pero hay algo con respecto a la palmadita de una madre, que parece tomar un - un lugar diferente del que puede tocar cualquier otra cosa; esto es, en esta vida, hablando humanamente.
Uds. saben, un hombre como Moisés, él... Si yo pudiera darle crédito en algo a su carácter, es porque él tuvo una madre enviada por Dios. Uds. saben que fue ella la que había orado, Jocabed, y había anhelado este bebé. Y cuando él nació, ella fue la que lo arrulló, y lo tuvo en brazos e hizo la arquilla y lo puso en el carrizal, cuando su pobre corazón estaba rompiéndosele. Su único bebito, y fue el - el muchachito más sobresaliente que había en todo el mundo. ¡Y cómo le gusta a una madre cualquier bebé! Pero el ver a este pequeñito especial.
Y luego, en su corazón, ella sabía que él nació con un propósito, y luego tomarlo y ponerlo en la mismísima guarida de cocodrilos, allá en el río. Por la fe ella hizo eso, sabiendo que Dios era capaz de cuidar de él; y para resumir el amor de una madre, y la acción del carácter de su fe. Pues la fe no se coloca ella misma sobre las arenas cambiantes de lo que puede ver; la fe descansa solemnemente sobre la roca inconmovible de la Palabra Eterna de Dios. "Por la fe", dice la Escritura, "ella hizo esto".
Y la fe puede pararse firme sobre la roca, a la cual las olas le están derribando los cimientos, y mirar directamente a la cara de la muerte y saber que será dentro de un poquito, pero la fe puede ver al otro lado del mar hacia El que dijo: "Yo soy la resurrección y la Vida", y fallar aun en oír las olas golpeando.
Esa es la clase de fe que la madre de Moisés tenía. Ella le enseñó y lo crió en el palacio de Faraón, enseñándole de que él nació con un propósito, que Jehová había contestado su oración. Y ella. . .él no podía haber tenido un mejor maestro. Eso fue lo que ayudó a moldear el carácter que Moisés era.
No hay comentarios: