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Expectación MP3 - William Marrion Branham

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61-0207

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Hace tiempo yo estaba allá en Kentucky, cazando ardillas. Bueno, yo–yo... Eso es lo que yo hago para relajarme; yo–yo cazo, practico el tiro al blanco y cosas, uso armas. Eso es un pasatiempo. Y tenía un rifle Winchester, modelo setenta y cinco. Yo me paré allí a cincuenta yardas [45.50 m.–Trad.] en un campo de tiro al blanco, y metí nueve tachuelas consecutivas con él, atravesando completamente el papel. Y luego, cuando menos pensé, cuando yo le disparaba a la ardilla... yo le tengo que ver las cuatro esquinas de su ojo. Si me está mirando, yo no le disparo. Si tiene su lomo vuelto hacia mí, yo no le disparo. Ella tiene que estar en la posición correcta. A treinta yardas [27.30 m.–Trad.], la dejo en paz, y a veinte yardas [18.20 m.–Trad.]... Tiene que estar a cincuenta yardas [45.50 m.–Trad.]. Eso sólo es porque lo tenía ajustado de esa manera.

Un día ese riflito se salió de ajuste. Y por nada en lo absoluto lo podía ajustar. Lo remodelé, e hice todo lo que podía hacer; y aflojarlo o apretarlo sólo cinco milésimas de vibración aquí hará una diferencia de media pulgada [1.75 cm.–Trad.] a cien yardas [91 m.–Trad.]. Así que, ¿ven?, Uds.... Tiene una parte apretada y la otra suelta; uno lo tiene que tener bien ajustado. Así que lo devolví a la Compañía Winchester, y recibí una carta que la tengo ahora en casa. Ellos dijeron: “Reverendo Branham, no hay una sola cosa que esté mal con ese rifle”. Dijeron: “Ese rifle hará un orificio de un grupo de una pulgada [2.5 cm.–Trad.] de diámetro a veinticinco yardas [22.75 m.– Trad.], y un modelo setenta y cinco no ‘agrupará’ mejor que eso”. Dijo: “Para empezar, este no es un rifle para tirar al blanco”. Dijo: “Unicamente tiene un solo tornillo de sostén que lo mantiene unido. Por lo tanto Ud. tiene que tener vibración en él”. Ahora, ese fue el hombre que diseñó e hizo el rifle, la Compañía Winchester, los que lo someten a prueba. El hombre que empleó su vida, y los ingenieros, para fabricar el rifle, ellos dijeron: “No agrupará mejor que un orificio de una pulgada [2.5 cm.–Trad.] a veinticinco yardas [22.75 m.– Trad.]”. Y yo había estado metiendo tachuelas con él a cincuenta yardas [45.50 m.–Trad.].

Miren, un día me senté debajo de un árbol, y lloré. Allí estaba el Hermano Woods y un par de amigos míos cazando ardillas. Yo... A ellos no les interesaba dónde les pegara la bala, sólo les disparaban. Y en cualquier parte que les pegara la bala, estaba bien. Para mí, yo pensé que quizás le iba a pegar en su mejilla, le iba a pegar un poquito detrás del oído o algo, eso no estaría bien. Le tenía que pegar en el ojo, o no estaba bien. Y yo pensé: “Bueno, mira, no importa lo que diga la Compañía Winchester, yo sé que se puede hacer porque yo lo he visto que lo hizo”.

Y estaba sentado allí una mañana debajo de un árbol todo torcido, llorando; me puse tan nervioso que me puse a llorar. Yo dije: “Señor, aquí estoy alejado de los servicios, aquí en el bosque tratando de relajarme. Y yo todo nervioso, ¿para qué me tratas de enviar a una reunión de todas maneras? Yo soy un fracaso para empezar, ¿y por qué enviaste a una persona como yo? Pareciera que Tú hubieras escogido a un hombre que fuera hombre, alguien que fuera estable y calmado”. Y seguí sentado allí llorando y hablando con el Señor, con mis manos levantadas y las lágrimas corriendo por mis mejillas.

Yo oí una Voz, esa Luz en el arbusto; El dijo: “Yo te hice para un... de esa manera para un propósito. Ahora, uno sabe eso, que uno no puede estar satisfecho hasta que ese rifle... No importa lo que alguien diga, uno sabe que mete la tachuela (¿ven?) a cincuenta yardas [45.50 m.–Trad.]”. Y entonces El dijo: “Esa es la razón que Yo te hice así, para que no te importe lo que alguien más diga. ¿Ve? ‘Los días–días de los milagros ya pasaron. No hay tal cosa como el Bautismo del Espíritu Santo’”.

Escuchen. Sí lo hay. Porque yo sé que es así. Esos apóstoles recibieron ese mismo Espíritu Santo; ellos vieron visiones; ellos–ellos resucitaron a los muertos; ellos sanaron a los enfermos; ellos hicieron grandes milagros y señales y prodigios. Y si sólo lo apuntamos en el centro del blanco... Uds. no pueden decir: “Oh, aquel día... Esa iglesia dice que es de esta manera. Y mi iglesia es la más antigua, y esto fue eso”. Eso no tiene sentido para mí. Si–si ellos le pegaron en el centro del blanco, metiendo la tachuela, pegándole en el centro del blanco otra vez, se meterá otra vez. Si ellos produjeron un avivamiento que sacudió al mundo con el poder y las promesas de Dios, nosotros haremos la misma cosa si aceptamos la promesa y esperamos que suceda. Pero Uds. la tienen que creer. Uds. sencillamente no la pueden creer a medias.

¿Y saben qué? Cuando me levanté de estar debajo de ese árbol, después que El me habló y salí de allí, nunca jamás toqué una vez más ese rifle. Y aquí está sentado el hermano que lo remodeló conmigo. Ese rifle había estado metiendo constantemente esas tachuelas a cincuenta yardas [45.50 m.–Trad.] desde entonces. Correcto. Nunca lo toqué. ¿Ven?, El estaba tratando de hacer algo para mostrarme cómo comportarme. En tiempos difíciles, y cosas que ellos dicen: “Oh, Hermano Branham....”

Un hombre me dijo no hace mucho, dijo: “Si Ud. viene aquí y se une a nuestra organización hacemos esto y lo otro, si Ud. sólo se compromete en unos cuantos....”

Yo dije: “¿Comprometerme? ¿Comprometerme?” Yo dije: “Estoy sorprendido que un hombre de Dios como Ud. lo es, con un doctorado, le pediría a un siervo de Dios que se comprometiera en la Palabra de Dios”. Yo dije: “Eso no está en mi sangre”. No, señor. Yo me quedaré apuntando al centro del blanco. Yo creo en el Espíritu Santo y en el poder del Espíritu Santo. Yo creo que Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos. Y yo estoy bajo expectación de que El levantará una Iglesia para ir a encontrarlo con el mismo poder que tenía en el principio. Seguro que sí, si lo esperamos, tengamos fe en Dios, y creamos que El lo va a hacer. ¡Expectación!

Moisés, con toda su teología él nunca llegó a ninguna parte. El estaba allá como un cobarde huyendo detrás de las montañas, en el desierto, apacentando las ovejas de su suegro. Pero un día él se encontró con Dios, y entonces él tuvo una experiencia con Dios, y él iba allá a Egipto para conquistar a Egipto. Ahora, pudiera parecer muy necio para un anciano de ochenta años de edad y la barba colgándole muy larga así, y probablemente su cabeza calva roja por el sol, le brillaba, y todo barbón, y traía una vara torcida en su mano, y su esposa sentada en una mula con un pequeño niño sentado sobre su cadera, yendo allá. Le decían: “¿Adónde vas, Moisés?”

“Voy a Egipto a conquistarlo; voy a conquistar la nación”. Uds. saben, cuando uno toma a Dios a Su promesa, lo hace a uno actuar neciamente para las cosas del mundo. Ahora, una invasión de un solo hombre, yendo a tomar una nación tan poderosa como lo es Rusia hoy día. Seguro, yendo allá... Y la cosa es que él–él lo conquistó, él lo hizo. El mató a un hombre allá y se metió en problemas. Regresó y mató a toda una nación, y él fue glorificado por ello. ¿Ven? Eso es. El fue un asesino por matar a uno, y–y luego un santo por conquistar a todo el montón. Pero en una ocasión, él fue allá con expectaciones siendo que Dios permanece fiel a Su Palabra. ¡Amén! El lo estaba esperando. “¿Cómo lo vas a hacer, Moisés?” “Yo no sé, pero yo–yo sé que El lo va a hacer. Dios así lo dijo, permanece así, eso es todo”. “¿Tú vas a sacar a dos millones y medio de personas aquí a este desierto y alimentarlas? ¿Cómo las vas a alimentar?” “Yo no sé. Yo espero que Dios haga algo al respecto”. El lo hizo. Eso es todo. El estaba esperando algo.

El problema de ello, es que vamos a la iglesia y cantamos el himno, y el pastor habla tocante a las rosas y a las flores, y regresamos a casa. ¡Oh, hermanos! Esa es la razón que no llegamos a ninguna parte. Ese es el problema con nuestras iglesias Pentecostales. Eso es... Ahora, yo–yo nunca vine aquí para palmearlos en la espalda; yo vine aquí para decirles a Uds. la verdad. ¿Ven? Oh, la iglesia Pentecostal se ha ido en una estampida de edificar; se ha ido en una estampida denominacional; se ha esparcido por todas partes, y cortó, y dividió, y sacó, y separó, y se segregó. Y ¡oh!, “va a tener... esta va a ser la más grande, y esa va a ser la más grande”. Mientras Uds. hagan eso, Uds. nunca van a llegar a ninguna parte. Recuerden: yo se los digo a Uds. en el Nombre del Señor.

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