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Como El Águila Que Excita Su Nidada MP3 - William Marrion Branham
Como El Águila Que Excita Su Nidada MP3 - William Marrion Branham

61-0122

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
“Como un águila renueva su juventud”. Sí, señor. El avivamiento toma y quita todos los sentires raros de Uds., los hace volar en una atmósfera más allá. Compara Su heredad con un águila, porque el águila renueva su juventud. Miren, los hace gritar. Uds. observen a la iglesia: está allí sentada, toda seca; cuando menos piensa, el Espíritu Santo los toca a ellos, su juventud... bueno, la gente anciana se pone de pie, saltando y gritando y alabando a Dios; renueva su juventud otra vez. Correcto. Hace todo lo que una persona joven puede hacer: brincar, y dar voces, y gritar, y aclamar. Ella renueva su juventud. Correcto. Yo creo en eso, ¿no creen Uds.? [La congregación dice: “Amén”– Ed.].

Había un granjero allá en Indiana. Uno de ellos era un... El era un buen granjero. Sus establos no estaban en muy buena condición: había rendijas en los establos y todo. Y había otro granjero allí, pero él tenía bastante dinero, así que él edificó el establo más hermoso que Ud. alguna vez pudiera ver. (Esto es bueno para los predicadores). Así que, como dije, él edificó el establo más hermoso que Ud. alguna vez pudiera ver. El tenía tractores y todo. Pero ese hombre era muy perezoso para trabajar en la granja. Así que cada uno de ellos... Y el otro granjero, el granjero que tenía el establo en una condición no muy buena (la pequeña misión en alguna parte), él tenía un... él era un verdadero granjero, listo para trabajar. Así que él cosechó todo ese año mucha alfalfa buena, y paja, y las almacenó. Y a la siguiente... Ese año en el establo (en ambos establos), nació un becerro. Y a la siguiente primavera los vientos cálidos empezaron a soplar. Ellos sacaron... El–el–el granjero rico de allá sacó a su becerrito; pobre becerrito, estaba tan delgado, que él salió tambaleándose, los vientos casi lo soplaban para el lado, casi no podía caminar. El no había tenido nada que comer; tenía algunas hierbas viejas allí adentro, Uds. saben, hierbas viejas denominacionales. “Nosotros somos Fulano de tal. Nosotros somos los importantes”. Eso nunca engordará un alma, no, no.

Pero este otro becerrito, él no tenía un establo muy bueno en que quedarse. Pero, hermano, cuando ellos lo sacaron, él estaba todo lleno de vitaminas y gordo, ¡qué cosa!, tan redondo y gordo como podía estar. ¡Qué cosa!, él sólo brincaba y saltaba y corría contra el viento, Uds. saben, y el viento le pegaba. Y él estaba–él estaba disfrutando... Cuando ese viento soplando lo tocó, él estaba disfrutando de unos grandes momentos, sólo corriendo alrededor brincando y saltando. ¿Saben Uds. lo que hizo el otro pobre becerrito? Metió su pobre cabecita a través de la rendija de la cerca, y dijo: “¡Qué fanatismo!” ¿Cuál era el problema? El se estaba muriendo de hambre con las hierbas denominacionales. Lo que necesitamos son algunas vitaminas del Espíritu Santo en la iglesia. Eso renovará la juventud de ellos. Renovará la juventud de la iglesia, la regresará al Pentecostés otra vez, los llevará a Uds. a una experiencia (¡amén!), los engordará. Estamos poniendo demasiado énfasis... Y ese es el problema con nosotros gente Pentecostal. Estamos poniendo demasiado énfasis en nuestros edificios hoy en día y reclamando que Jesús viene. Sí, señor. Lo que deberíamos hacer es estar en la obra, metiendo a alguien allí, salvando almas, alimentándolos con las vitaminas de Dios por medio del poder de Dios. Eso es exactamente correcto.

Ahora, finalmente, el águila toma el lugar... Yo... Hay varias cosas tocante a ella, pero sólo tengo que tocar los puntos sobresalientes ahora. Mi tiempo se está terminando. Así que nosotros... Veámosla construir su nido. Ellos van a tener–ellos van a tener un nido lleno de pequeñitos. El está edificando su iglesia, Uds. saben, allá muy alto, arriba de la montaña, y lo ata muy bien. Ahora, ese nido está todo lleno de espinas. Bueno, ella no quiere que esa cosa... Ud. no quiere que sus nuevos conversos sepan de todo lo espinoso tocante a la cosa, Ud. sabe, cómo Ud. tuvo que pelear para llegar allí. Pero, ¿saben Uds. lo que hace el águila? Ella va y acolchona ese nido. ¡Uds. la deberían ver! Esa madre águila va y consigue piel de conejo; se come el conejo, luego toma la piel, y la mete en cada rendijita así. Lo hace un lugarcito mullido, ¡oh!, el nidito más bonito y cómodo en el que puedan nacer los pequeñitos.

De esa manera Dios lo hace, Uds. saben. ¡Oh, hermanos! Cuando–cuando primero Uds. fueron salvos, ¿no se sintieron bien, caminando sobre esa pelusita blanda, recuerdan? ¡Oh, hermanos!, esos piecitos tiernos se sienten bien; ¡oh!, eso está bastante bien. Oh, cómo papá camina de un extremo al otro del nido cuando esos pequeñitos nacen, mirándolos a ellos. ¡Oh qué cosa! Ud. nunca lo vio pavonearse así, enderezar sus hombros, y pavonearse, mirando a sus pequeñitos. “Todos se parecen exactamente a mí”. Correcto. “El que cree en Mí las obras que Yo hago él las hará también. ¿Pueden beber la copa de persecución, que hagan mofa de Uds., y los llamen Beelzebú, como a Mí?” “Sí”. “¿Pueden ser bautizados con el Espíritu que Yo soy bautizado?” “Sí”. “Igual que Yo”. (Mirando a Sus pequeñitos. ¿Ven Uds.? ¡Oh, cuánto se pavonea!)

Ahora, ¿qué si de repente uno de esos pequeñitos sucede que es un cuervo, y sube volando a la orilla del nido y grita: “Cau, cau, cau, cau”? Eso sería un híbrido. Ese es el problema hoy en día. Tenemos muchos buitres y cuervos híbridos en el nido, y no águilas verdaderas que creen; mucha religión híbrida, tratando de mezclar el aceite y el agua. ¡No se mezclarán! ¿Saben Uds. lo que sucedería? Si ese cuervito brincara allá arriba en la orilla y gritara: “Cau, cau, cau, los días de los milagros ya pasaron; no hay tal cosa como el Bautismo del Espíritu Santo; todo esto es fanatismo”, él lo echaría de allí. ¿Qué le sucedería entonces a él allá arriba afuera de ese nido? El se desintegraría antes que llegara abajo entre las gallinas. De seguro que se desintegraría. Sí, señor.

¡No, señor! Papá águila, se parecen exactamente a él, creen la misma cosa que él cree. Se parecen a él. Sí, señor. Ellos están hechos como él, están formados como él, y él sabe que ellos son águilas genuinas. ¡Oh, hermanos! Eso es lo que Dios quiere: un pequeño Mesías genuino. Sí. El es el Mesías. El Mesías es: “El Ungido”. Y nosotros somos Sus hijos quienes tenemos una unción menor. Así que somos... Así como Jehová Aguila es la gran Aguila, y nosotros somos aguiluchos, El es el Mesías y nosotros con la misma unción, somos pequeños Mesías. Sí, señor. Amén. ¡Ungido! Mesías significa: “El Ungido”. ¿Están Uds. ungidos? ¡Amén! ¿Con qué? Con el mismo Espíritu que El estaba ungido. Nosotros lo tenemos en medida; El lo tiene sin medida. El era Dios manifestado en la carne, y nosotros somos hijos de Dios, parte de El, ¡seguro! Sí, señor. “Las mismísimas obras que Yo hago vosotros las haréis también”.

Yo pudiera coger una cucharada de agua allá del océano y el océano no se disminuiría. De esa manera nos sucedería a nosotros si nos fuéramos de aquí. Pero recuerden que los mismos elementos químicos que están en todo el océano, están en esa cucharada, la misma agua. Sólo que hay más de ello allá en el océano. Así que, eso es lo que es. Uds. dicen: “¿Qué es eso allá?” “Agua del océano”. “¿Qué es esto aquí?” “Agua del océano”. Es exactamente lo mismo.

De esa manera papá águila piensa tocante a sus pequeñitos, cómo se pavonea. El les grita, y ellos le responden gritando. El dice: “Eso es. ¡Yo soy el que era!” “¡Amén, Papá!” “¡Yo soy el que es!” “¡Amén, Papá!” “¡Yo soy el que ha de venir!” “¡Amén, Papá!” “¡Yo soy el mismo ayer, hoy, y por los siglos!” “¡Amén, Papá!” “¡Yo todavía soy el Sanador!” “¡Amén, Papá!” “¡Yo todavía doy el Espíritu Santo!” “¡Amén, Papá!” “¡Yo soy el mismo ayer, hoy, y por los siglos!” “¡Amén, Papá!” “¡Amén!” El cuervito dice: “Cau, cau, cau”. “Tú, pequeño buitre: ¿Tocante a qué estás gritando? ¡Salte del nido! Pequeño buitre: tú no pudieras comer alimento de águila de todas maneras”. Correcto. ¡Oh, hermanos!


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