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Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Cuando ellos supieron que El era ese Profeta, un soldado romano puso un trapo en Su cabeza y cubrió Sus ojos, y tomó una vara y lo golpeó en la cabeza y dijo: “Mira, si Tú eres Profeta, dinos quién te golpeó, y te creeremos”, la Inoculación surtió efecto. El no le hizo caso al diablo. “Yo hago lo que el Padre me muestra. Yo únicamente hago lo que el Padre me muestra que haga”. Probó que la Inoculación surtió efecto. Cuando los hombres extendieron sus manos y agarraron Su rostro y le arrancaron grandes puñados de barba, el borracho sacó flema y le escupió Su rostro, la Inoculación surtió efecto. Cuando Sus propios hijos clamaron por Su Sangre, la Inoculación surtió efecto. ¿Qué dijo El? “Padre, ¡perdónalos!, no saben lo que hacen”. Cuando El fue provocado a ira, El no contestó con ira. La Inoculación surtió efecto. Todo el infierno estaba mirando si Eso surtiría efecto. El estaba abriendo un camino para Uds. y para mí, siendo un ejemplo.

Cuando El murió en la cruz, la Inoculación surtió efecto. En la mañana de la Pascua (¡aleluya!), probó que fue así. La Inoculación, la muerte no lo pudo detener. La Vida y la muerte no pueden existir en el mismo lugar. El resucitó al tercer día. La Inoculación surtió efecto. Y cuando El ascendió a lo alto, la gente empezó a anhelar. Ellos querían la Inoculación. Pues ellos finalmente... Había habido un Suero. Había habido un Suero dado por Dios que levantaría a los muertos del sepulcro, y ellos quisieron la Inoculación. Cuando yo primero oí de Ella, yo también la quise. Estoy tan contento que todavía tenemos bastante de Ella, de la Inoculación contra el pecado. Y cuando todo... Había ciento veinte que llegaron a ser pacientes inmediatamente, porque ellos la vieron tomar efecto en medio de la tentación. “Yo le pudiera pedir a Mi Padre y El me enviaría directamente veinte legiones de Angeles [el Hermano Branham parafrasea Mat., 26:53–Trad,]”. El lo pudiera haber hecho. Pero como Uds. saben yo les prediqué a Uds. en una ocasión: El Cordero y la Paloma. Uds. lo recuerdan. La Paloma únicamente tiene... El guió al Cordero. El Cordero no se puede guiar El mismo. La Paloma lo guió. Y el cordero únicamente tiene una sola cosa: esa es lana. Pero él cede eso voluntariamente, la única cosa que él tiene.

La gente dice... Muchas veces las mujeres me dicen: “Hermano Branham, ese es mi–ese es mi privilegio americano si yo quiero vestir de la manera que yo quiero vestir”. Correcto. Los hombres dicen: “Si yo quiero tomar un trago social, ellos lo venden allí, y no hay ley contra eso. Ese es mi privilegio americano”. Eso es correcto. Pero como Cristiano, Ud. cede sus derechos americanos, si Ud. es un cordero. Si Ud. es un chivo, no los cederá; pero si Ud. es un cordero cederá sus derechos porque Ud. es de otro Reino. La Paloma lo está guiando a Ud. Ellos vieron que surtió efecto en la hora de tentación. Surtió efecto en la hora de muerte, y cuando El estaba en el sepulcro tres días y noches, la Inoculación surtió efecto. En la mañana de la Pascua un Angel rodó la piedra, y el Hijo de Dios resucitó, y El ascendió a lo alto.

El dijo: “Ahora, si todos Uds. quieren ser inoculados, vayan allá y esperen en la ciudad de Jerusalén. Y enviaré el Suero de nuevo del Cuartel general”. ¡Oh, yo estoy tan contento! ¡Oh, esa gran Inoculación! ¿Qué daría Ud. por Ella si estuviera en la oficina de un doctor esta noche? Si Ud. fuera y dijera: “Doctor: deme esa inyección, y después que yo viva una vida común y corriente, y muera, y todo eso, entonces cuando menos piense, una mañana voy a resucitar a una nueva vida, y nunca moriré con esa inyección. ¡Deme la inyección, doctor!” ¿No valdría algo de dinero? Pero es gratuita esta noche. Ud. no la tiene que comprar. Ya ha sido pagada. ¡Hay Bálsamo en Galaad! Perdónenme. Me pongo fuera de sí cuando pienso tocante a eso.

Esa gente, cuando llega a ser inoculada, ella actúa rara. Por lo general ella sí actúa rara cuando algo real sucede. Los hace que lleguen a ser raros cuando ellos reciben esta inyección. La cosa extraña de ello es que todos ellos se embriagaron, parecía, o ellos pensaron que estaban ebrios. Ellos estaban danzando y actuando como un montón de gente ebria. Y la–y la gente que no estaba inoculada, dijo: “Estos hombres están llenos de mosto”. Hombres y mujeres. Escuche, mi amigo Católico: la virgen María estaba allí. Y si la virgen María, la–la madre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, tuvo que subir para recibir el Pentecostés y estar tan llena de la Inoculación del Espíritu de Dios, al grado que ella actuó como una mujer ebria. ¿cómo lo va Ud. a lograr con algo menos que eso? Sólo piénselo. ¿Cómo lo va a lograr Ud.? No importa a qué iglesia Ud. pertenezca. Ella pertenecía también a una Iglesia santa, pero tuvo que ser inoculada. Esa es la única cosa que la resucitaría. Tuvo que entrar la Vida. Ella llegó a ser inoculada. Miren, cuando ellos recibieron esa Inoculación, ellos salieron a las calles y empezaron a–a actuar muy extraños, danzando, gritando, corriendo para todos lados. No hay duda que la gente se rió y dijo: “Parece que ellos están teniendo una convulsión”. Pero ellos estaban marcados.

Yo recuerdo cuando solía cabalgar en los pastizales. Allá en Colorado teníamos ganado. La Asociación Hereford apacentaba en el Valle del Río Fatigoso. Cada primavera teníamos que traer... marcar esos becerros. Y cuando íbamos a marcar los becerros, algunas veces ya eran becerros de buen tamaño antes que... quizás el becerro tenía un año antes que lo marcáramos. Lo teníamos que tumbar, tomar el hierro caliente para marcar y ponerlo sobre él. La piel se quemaba, y, ¡oh, qué cosa! Cuando lo soltábamos él tenía un arrebato violento de carrera; ¡pero hermano, él era suyo! El estaba marcado. Le dolía un poquitito, pero nosotros sabíamos dónde él pertenecía después de eso. Pueda que hiera su orgullo y queme un poquito de su piel eclesiástica, pero Ud. sabrá dónde pertenece de allí en adelante. ¡La Inoculación! Seguro que sí. Ellos estaban inoculados. Ellos estaban haciendo algo. Ellos empezaron a hablar en otras lenguas. Esos hombres dijeron: “Bueno, ¿qué quiere decir todo esto? Bueno, los oímos hablar... Todos ellos son galileos, y ¿por qué los oímos hablar en nuestra propia lengua en la que hemos nacido? Eso debe ser las obras maravillosas de Dios”.

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